Alrededores de Molezuelas de la Carballeda
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Agradable itinerario por las inmediaciones de Molezuelas. Al ser una de las zonas más llanas de la comarca, ideal para realizar en bici, para buscar setas en temporada o para el avistamiento de fauna. O para combinar las tres actividades.
DISTANCIA: 12, 4 km.
DURACIÓN: 2h 30 min.
TIPO DE RUTA: Circular, Caminos de Concentración sin dificultad.
COMO LLEGAR: Desde A-52, Salida 49 Rionegro del Puente y carretera local hasta Molezuelas. Ver Mapa
COORDENADAS INICIO: N42 04.890 W6 11.375
CARTOGRAFIA: IGN Nº MTN50 269 Arrabalde.
PUNTOS DE INTERÉS: Fauna. Micología.
RECOMENDACIONES: En verano, evitar las horas de mayor calor. Conviene protegerse del sol y llevar líquidos. Plano de la zona para combinar distintas variaciones. Guía de Setas.
La amplitud y facilidad de estos caminos nos permite combinar y diseñar el recorrido a nuestro antojo. El que hemos elegido parte hacia el oeste al poco de entrar en el pueblo. Son terrenos llanos como pocas veces se encuentran en nuestra comarca e iremos bordeando campos de labor, zonas de reserva de caza y manchas de robles. Al poco de separarnos del pueblo ya debemos estar atentos: los ciervos y corzos campan a sus anchas y no es difícil cruzarse con ellos, bien en la propia senda, bien saltando entre el monte bajo que nos circunda. Como siempre que intentemos ver animales en su medio, es recomendable madrugar un poco y mantener un mínimo de silencio.
Como a los cinco kilómetros de ruta, marcado en el mapa “Cº derecha”, hallamos una extensa zona de pinares que en su tiempo perteneció a la aldea de Perilla, hoy desaparecida y su término repartido entre Justel y Muelas de los Caballeros. Aquí, naturalmente en temporada, es sitio ideal para sacar la cesta, la navaja y poner a prueba nuestra pericia como micólogos.
Después de la fuente, que hemos de advertir que no siempre tiene agua, nos internamos en un tranquilo robledal, que también dará setas en su tiempo y sombra en todo momento, que en verano se agradece. Ya al salir de él veremos justo enfrente y a lo lejos, la espadaña de la iglesia de Molezuelas. Volvemos así al lugar donde iniciamos nuestros pasos, quizás rememorando los animales avistados o tal vez pensando cómo preparar las setas que cargamos en nuestro cesto.